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La catarata feliz y las almas bellas - Virgilio Brenes

Habia una vez una catarata feliz. El musgo crecia y florecía en sus paredes y las golondrinas construian sus nidos de barro en las rocas aledañas a su cauce.

Otras plantas de un tamaño mayor se habían desarrollado en las partes mas bajas del cañon y ahi producían bellas flores de colores brillantes para atraer a las mariposas y los colobries que acudían a las corolas para chupar su nectar.

Por las mañanas cuando el sol brillaba la catarata se lanzaba al vacío con todo su impetu. No le importaba golpearse o destrozarse al caer sobre las rocas solidas que le esperaban muchos metros abajo.

De hecho mas bien le gustaba sentir como parte de su ropaje se rompia convirtiendose en millones de plumas blancas o diamantes multicolores que tan solo en un segundo pasaban a ser neblina y un momento mas tarde eran de nuevo agua que caia hasta el fondo del abismo.

La catarata había repetido este proceso durante siglos; esa es la mision de la cataratas, caer, caer y caer en forma constante, si dejan de hacer esa funcion dejan de llamarse cataratas.

En los ultimos tiempos las cosas habian cambiado un poco, la catarata dejo de estar sola y empezo a recibir la visita de seres humanos. Al inicio no le gusto mucho pero luego se fue acostrumbrando y llego a gustarle.

La catarata disfrutaba ver a las personas extasiarse con su belleza, en el fondo de su ser la catarata tienía un alma femenina y maternal y le encantaba oir a las personas decir “que bella eres, que linda catarata”.

La catarata aprendio a disfrutar la sensacion de pies humanos caminando en sus rocas y el sonido de brazos chapotenado en sus aguas. Las risas y los gritos de los niños es algo que disfrutaba con especial deleite. Tambien la catarata aprendio a ver en el interior del alma de las personas y así podia reconocer aquellas que eran mas dulces y mas especiales.

El tiempo pasaba y la catarata podia observar que algunos niños y ninas ya se habian convertido en hombres y en mujeres, la catarata se divertía observando el cambio de entonacion en sus voces.

Un día llego un señor con chaleco de cuero, sombrero y baston y decidio darle a la catarata el nombre de Velo de Novia.

La catarata estaba mas feliz que nunca, podia imaginarse a si misma entrando a una iglesia como un enorme velo blanco lleno de encajes, flores y olor a musgo; le gustaba disfrutar con esa fantasia.

Pasaron las lluvias y los veranos y la catarata seguía compliendo con su mision de enviar agua al rio y de ser feliz, estaba escrito que asi seria por siempre.

Pero un viernes de diciembre la catarata se sentía diferente y ella no podia describir lo que estaba sintiendo. Durante la mañana no se lanzó con la fuerza acostrumbrada sobre las rocas y le fue indiferente que sus ropajes se convirtieran en plumas blancas o en diamantes multicolores. Tampoco escucho el canto de las aves ni el croar de las ranas. La catarata experimentaba sensaciones de tristeza que nunca antes habia sentido.

El día se fue lento, con mucho frio y mucha lluvia y viento. Al atardecer la catarata pudo escuchar voces, y pudo apreciar un hombre, un niño y una mujer.

La catarata hizo un esfuerzo para mostrar su belleza y extendio su velo tanto como pudo.

La mujer miro la catarata y sonrio al contemplar su belleza, esto era un paraíso. La catarata miro a la mujer y aprecio su alma dulce y bella era un alma especial. Apreció sus ojos azules y su sonrisa blanca de marfil.

Unos segundos mas tarde la catarata se sorprendio al ver el alma de la mujer volando al cielo. La catarata le imploraba “No te vayas alma bella”, pero el alma ya no le escuchaba. Se oculto en lo alto de las rocas y no regreso mas.

Despues de este día la catarata perdio su alegría interna, perdio su motivación y nada volvio a ser igual. Siguio cumpliendo con su misión de ser catarata solo por cumplir.

En los ultimos años ya casi no recordaba su fantasia de ser un Velo de novia, se habia convertido en una catarata sin alma. La verdad es que en ese momento no le habria importado ser un simple riachuelo lleno de hojas y de lodo arrastrandose por el suelo.

El tiempo pasaba y la catarata seguia triste, pasaron veranos y pasaron inviernos; algunos muy fuertes y otros menos fuertes. En su fuero interno la catarata estaba esperando por algo que no lograba describir, esperaba por ello todos los días; pero no sabía que era.

De alguna manera la catarata empezo a prepararse y empezo a ponerse bella de nuevo – no feliz- pero si un poco motivada por aquello que llegaría un día y que no entendia que era.

El tiempo siguio su marcha inexorable y sin retorno y un sabado lluvioso y ventoso de enero algo extraordinario ocurrió. Un poco antes del mediodia la catarata percibio una presencia familiar, hasta sus entrañas llego un aroma especial, un aroma de mujer que ya habia aspirado en el pasado; justamente hacia 84 meses, tres semanas y dos días.

La catarata quedo impactada con esta presencia, a como le fue posible diminuyo su actividad al maximo, no queria hacer ruido de ningun tipo, no fuese que por su imprudencia se hechara a perder ese momento.

Contemplando con mas detalle la catarata pudo darse cuenta cuenta de la pureza del alma de la chica que tenia en frente. La catarata miro a la chica y observo su alma dulce y bella, la chica miro a la catarata con una mirada profunda y azul y una sonrisa blanca de marfil.

La catarata pudo percibir una mirada que ya habia observado antes, una que no olvidaba desde aquel triste dia en que vio un alma volar al cielo.

La chica observó a la catarata por mucho tiempo como si le pidiese una explicación, como si le preguntara detalles de lo sucedido tiempo atras con su madre.

La miro con mucho detalle empezando por el velo de la novia y su mirada fue ascendiendo junto con todos los detalles, observó las rocas junto a la corriente, las flores, las plantas, el ropaje de la caratara al estrellarse contra las rocas y convertirse en millones de plumas blancas o diamantes de colores.

Aunque nadie se lo dijo la chica supo que por ese sitio exacto habia escapado la bella alma de su madre.

Su mente voló al pasado y pudo recordar detalles y experiencias unicas que habia vivido junto a su madre aun siendo una niña; como cuando su madre le leía libros de cuentos durante las noches frías o cuando juntas fabricaban adornos de navidad para colocarlos en el arbol.

La chica escucho la voz grave y fuerte de la catarata, la brisa del viento frio. Sintio la lluvia en su rostro y entonces una oleada de paz y amor invadio su ser. Una mariposa azul se detuvo en su mano y se quedó ahi por mucho tiempo aspirando el aroma de su piel.

La catarata observó todo esto y se sintió inmensamente feliz como hace mucho tiempo no se sentía. Tuvo la capacidad de visualizarse en el futuro y de nuevo tuvo la fantasia de verse a si misma entrando a una iglesia como un Velo de Novia lleno de encajes, flores y olor a musgo; asi termino el día disfrutando de esa vision maravillosa.

La chica tambien se siente feliz, durante años buscó el valor y el corage para acudir a esta cita; fue una forma de reencuentro que ella necesitaba realizar.

Aunque no lo dijeron en palabras la chica y la catarata hicieron un pacto secreto para encontrarse de nuevo en el futuro en un tiempo incierto.