The Night of the Bat---La Noche de los Murciélagos
Blog 9.7.13 by Lana Panitch Lake Forest Intern
After a day´s work at the Monteverde Institute, my cohorts from Lake Forest and I went to Tramonti´s for a dinner full of pizza (or pixa as they called it here) and laughs. We ordered my favorite type, vegetarian, and some meaty ones as well for the meat-lovers at the table. We demolished three pizzas between the four of us in hardly any time at all. We left very satisfied.
Soon after, we hiked back up to the Institute to meet up with our Costa Rican “Mommy away from home” (our internship coordinator), Sarah Burbank. An adventure in the forest behind the Institute awaited us. We mounted the stairway, passing the strong, perfumed odor of the Angel’s Trumpets flowers. We entered the Dwight and Rachel Crandell preserve when the sun had just set.
As we approached, we could see with our headlamps a net, almost like a tennis net, stretched between two big trees. Then, we saw three figures…the legendary local bat expert, Dr. Richard LaVal and his assistants, his daughter and son-in-law. Right away, the fun began. Dr. LaVal brought us the first victim…a brown insectivorous bat that belongs to the same family of brown bats that are very common where I live in Chicago, Illinois.
Dr. LaVal explained to us that this bat was clearly an insect bat because it has a simpler nose than fruit bats. He showed us the length and breadth of its wings. The wings are made up of a very fine and smooth skin that is surprisingly strong and durable. I learned that if a wing breaks or tears, it would take five days for it to heal. I feel very thankful for these bats because they eat thousands of insects, such as mosquitoes, every night. What nice pest control!
Then, he brought us a fruit bat. These bats are also very cute, I think, although their noses are more complex, bigger, and uglier than those of the insect bats. The fruit bats are also very important for humans because they help to distribute many types of fruits’ seeds. Some fruit they pollinate, for example, are mangos, peaches, and even almonds! If I were a bat, I would most definitely be a fruit bat. This victim was very small, and calmer than the insect bat. Dr. LaVal thought it was a good candidate for us to hold. Gabe was the first brave soul to hold it, followed by Ashley, Luis, and then me. At first I hesitated…then I had to ask myself, “When will I ever get this opportunity to hold a wild bat again in the future?” The answer was, “Never!” And that was that. I held it carefully, and it was a wonderful experience. My new little friend was soft and its heart beat like a little drum. It was an experience I will never forget.
For the rest of the night, Dr. LaVal showed us many more fruit and insect bats. Surprisingly though, many of them were quite unique. Some were male, some were juvenile, and some were female. The females interested me the most because some were pregnant with big, swollen bellies. Dr. LaVal was good at guessing how much more time they had until delivery. We also got to see lactating females, which meant that they were mothers of pups. What a treat it was to learn and see all of those small details in real life!
After more than fifteen bats of all shapes, sizes, and life stages, we were getting ready to leave. Suddenly, Kelly LaVal brought us the final bat…a nectar bat! It had pollen on its head! This bat is in the photo below, but the flash makes it a little tricky to see the yellow pollen. This bat was a pleasure and total surprise!
The night of the bat was nothing to be scared of. Truthfully, it was an incredible night. I am so happy we had nice weather and had the luck to meet the expert Dr. Laval and his friends.
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En Español:
La Noche de Murciélagos
Después de un día de trabajo en el Instituto Monteverde, mis compañeros de Lake Forest College y yo fuimos a Tramonti´s por una cena llena de pizza (o pixa como se llama aquí) y risas. Pedimos mi tipo favorito, vegetariano, y otras de carnes ricas como salami y salchicha. Nosotros cuatro matamos tres pizzas en poco tiempo, y nos sentimos muy satisfechos.
Luego, nos juntamos con nuestra mamacita de acogida, Sarah Burbank (nuestra coordinadora de pasantías), para una aventura en la selva detrás del instituto. Subimos la escalera, pasando el olor fuerte y perfumado de las flores de las Trompetas de Ángel. Entramos la reserva de Dwight y Rachel Crandell cuando el sol acabó de atardecer.
Vimos con los focos de cabeza una red, casi como una red de tenis, estirado entre dos árboles grandes. Luego, vimos dos hombres…el legendario experto de murciélagos, Dr. Richard Laval, y su asistente, Kelly LaVal. Pronto después, la diversión empezó. Dr. Laval nos trajo el primer victima…un murciélago café e insectívoro que pertenece a la misma familia de murciélagos cafés que son comunes donde yo vivo en Chicago, Illinois.
Dr. Laval nos explicó que este murciélago es claramente un insectívoro porque tiene una nariz más sencilla que los murciélagos de fruta. Nos mostró la longitud de sus alas que son de piel muy fuerte pero muy fina y lisa también. Aprendí que si un ala se rompe, duraría cinco días para curarse. Yo me siento muy agradecida a estos murciélagos porque comen millones de insectos, como mosquitos, ¡cada noche! ¡Que útiles son!
Luego, nos trajo un murciélago de fruta. Estos murciélagos también son muy preciosos, yo pienso, aunque tienen narices complejas, grandes, y un poco feas. Los murciélagos de fruta también son muy importantes para los humanos porque ayudan a distribuir las semillas de muchas y muchas frutas que comimos cada día. Si yo fuera un murciélago, pienso que yo sería un murciélago de fruta. Este victima también fue muy pequeño, pero más tranquilo. Por eso, Dr. Laval pensó que sería un buen tipo para nosotros agarrar. Gabe fue el primer valiente agarrarlo, luego Ashley, Luis, y finalmente yo. Me pregunté, ¿Cuándo tendré la oportunidad agarrar un murciélago silvestre en el futuro? Me respondí, ¡nunca!, y eso fue. Lo agarré, y me alegró mucho. El amiguito nuevo fue suave y su corazón latió como un tambor. Fue una experiencia que nunca me olvidaré.
Por el resto de la noche, Dr. Laval nos mostró muchos más murciélagos insectívoros y de fruta. Pero no eran todos los mismos. Algunos eran machos, algunos juveniles, y algunos eran hembras. Las hembras me interesaban mucho porque algunas estaban embarazadas. Tenían panzas llenas e hinchadas. Dr. Laval adivinó cuanto tiempo se las quedaba hasta que dirían la luz. También, había hembras en lactancia, lo que significa que tenían cachorros. Que regalo fue aprender y ver estos detalles en vivo.
Después de más de quince murciélagos, de todos talleres y formas, íbamos a salir. De repente, Kelly nos trajo un murciélago final… ¡un murciélago que come néctar de las flores! ¡Tenía polen en la cabeza! Está en la foto abaja, pero por la luz es un poco difícil ver el polen amarillo. De ninguna manera, ¡fue un placer y sorpresa total!
La noche de murciélagos no fue nada escalofriante. De veras, fue una noche increíble. Me alegro que hacía buen tiempo y que tuvimos la suerte de conocer al experto Dr. Richard Laval y a sus amigos.